SVIDRIGAILOV

Se oculta de la felicidad, está a punto de encontrarlo pero él se rehúsa a seguirle el juego, un poco por el qué dirán y un poco por su rebeldía; un mucho por su masoquismo y otro tanto por cobardía.

Hasta ahora le ha funcionado, lleva seis años fermentándose en la amargura de sus miedos y sus dudas. Hasta ahora se ha escapado, según él porque es más fácil acostumbrarse a vivir con la amargura eterna que con la ausencia que deja la felicidad huidiza.

Tacha de estúpidos a los que ríen, a los que aman, a los que sueñan, a los que aún tiene esperanza y se carcome por dentro mientras los observa con una sonrisa mezquina dibujada en su no menos mezquino rostro.

A veces me mira y sé lo que está pensando.

DESARRAIGO CRÓNICO

Actualmente creo que eso del Día del Amor y la Amistad es una celebración falsa, y en consecuencia, me he rehusado a tomarla en cuenta y menos a festejarla. Eso de celebrar el 14 de febrero ha quedado en mi pasado ñoñezco (que a veces aflora en los momentos más inapropiados) junto con los osos, perros, catarinas, leones, changos y demás monos de peluche que alguna vez alguien me regaló.

Sin embargo, y con esto aflora mi ñoñez una vez más, no pude evitar reflexionar acerca de eso que llaman AMISTAD y que está presente en mi vida a pesar de mi caótica personalidad.

Yo puedo decir que tengo muchos amiguis ocasionales-temporales pero sólo con 4 personas de todo este mundote, he logrado establecer un vínculo tan fuerte que no se rompe ni con las distancias, ni con el tiempo, ni con las peleas, ni con las evoluciones, ni con mis deliberadas ausencias. Ell@s están ahí siempre.

Es increíble que con mi terco desarraigo existan personas que me quieran… y bien.

Uno de estos días me curaré de esa enfermedad rara llamada “desarraigo crónico” <<Enfermedad psicosomática no curable que necesita de un tratamiento constante y personalizado porque cada caso es diferente. Algunos de los síntomas son: alejamiento deliberado de las relaciones interpersonales que se aprecian firmes, estables y duraderas; recurrencia a lo que represente caos, incertidumbre y que no implique grandes compromisos (trabajos, amistades, noviazgos, etc.); búsqueda constante de la soledad ensimismada; estado de alerta permanente>>.

¿Tú la padeces?

ANGY

Conozco a una mujer de mirada extraña: sus ojos reflejan ternura e inocencia, pero al mismo tiempo son agresivos y desconfiados. La gente intermitente y presurosa que llega a su vida, sólo se queda con su belleza exterior pero no alcanza a percibir la exuberante complejidad de esta mujer; sin embargo, quienes permanecemos cerca de ella, podemos ver revelarse frente a nuestros ojos una mujer fuerte, graciosa, cariñosa, gritona, etcétera que irradia vida y honestidad y que no se encuentra con mucha frecuencia.

Ojalá que los argentinos no padezcan ceguera crónica.

TRISTEZA FEMENINA

Cuando una mujer llora de tristeza las cosas no están bien. El mundo debiera parar para detener su llanto...

...aunque pensándolo bien, si el mundo se detuviera cada vez que una mujer llora no habría nada nuevo, nada reciente que le diera la bienvenida a la radiante felicidad.

En definitiva, creo que el mundo debe seguir girando pero sin perder de vista a aquella mujer doliente para empaparla de alegría cuando se decida a salir de sus tristezas.

CLASIFICACION IRREAL

En un intento por aprehender la complejidad humana, el hombre clasificó al hombre a partir de sus preferencias sexuales, dicha categorización quedó impregnada de un aire reduccionista que incluso llega a rayar en lo fascista; sin embargo, y por muy ruín que parezca lo anteriormente descrito, lo realmente pernicioso y contra natura es lo que se hace con esa clasificación: etiquetar a las personas:

"puto", "lesbiana", "bicicleto", "normal", etcétera y más etcétera.


Yo me rehúso a seguir reproduciendo tal aberración y me niego a censurarme a mí misma con una etiqueta.


Que los hombres me denominen como quieran, que me nombren con el sustantivo o el adjetivo que los haga sentir más cómodos porque yo... me colocaré en el archivo de los "inclasificables".

DEPREDADOR INFORMACIONAL

Mi mente es un buen ejemplo del lado negativo de la posmodernidad. Parece que ha elegido para sí la percepción del videoclip y recibe datos externos que la impactan solo instantáneamente y nunca a largo plazo. Se ha vuelto un depredador de datos que no discrimina nada. Habita en lo que los teóricos han llamado sociedad de la información y no ha logrado hacer de todo ese bombardeo informacional un conocimiento real.

Dicho de otra manera, mi mente es una suerte de aspiradora de información que necesita ser vaciada de vez en cuando para no estallar por tanto polvo acumulado. Pero… ¿cómo no perderse entre el mar de mensajes que flotan en el mercado de discursos?, ¿cómo discriminar o jerarquizar de entre tantas cosas bellas, interesantes, útiles que existen en el mundo?, ¿con qué iniciar para tratare erradicar poco a poco mi arraigada ignorancia?

Me queda claro que necesito hallar el camino o la herramienta correctos que me lleven a una auténtica asimilación del conocimiento.

A veces me pregunto si habré nacido tonta o me volví en el camino por la televisión, las pláticas superfluas, las personalidades contaminantes, la literatura de desecho, los miedosos silencios, o incluso por creerme los falsos halagos.

Ojalá llegue la luz uno de estos días.