Soneto XVII

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,

sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Pablo Neruda (1959).

Tejedora de esperanza: la vida.

Parece que aún hay una esperanza. Los proyectos se plantearon, no sé si fructificarán pero como las palabras me embelesan fácilmente hoy me he puesto contenta.

Del amor mejor ni hablamos. Las cosas están dichas aunque no explícitamente. El sentimiento no se borra pero no me asusta porque es muy pronto.

El Yi Chang ha hablado y yo... le creo.

Op. cit. De pronto parece que la aluminada llegará.