Verdades dolorosas.

Hoy pasó, porque me esforcé, que encontré fragmentos de su pasado en mi presente. Las palabras que ahora son para mí eran para alguien más, las mismas palabras. Me estremecí por dentro y se me manifestó por fuera. Es el mismo pero sin aquella y conmigo.

Siento celos del pasado suyo que se me apareció en esas cuatro paredes. Las mismas que nos han visto amándonos y que sé también los vió a ellos. No soy algo especial y eso está bien cuando el sentimiento es equivalente, pero este no es el caso.

Al tiempo que iba viendo las evidencias, mi razonamiento me hacía saber que ese pasado sigue presente porque él así lo desea. Momentos que seguramente él añora y de los que no desea desprenderse. ¿Por qué está conmigo?¿Por qué ya no está con ella? Pero sobre todo quisiera saber por qué la vida me lo puso enfrente para que me enamorara irremediablemente.

Este dolor de saber que no soy la primera cuando él si lo es para mí me hiere hondo. Que maligno el Dios que me lo obsequió para experimentar el amor y luego quitármelo lentamente.

¡Qué astucia la suya al torturarme con la mentira de un amor correspondido!