Un amor platónico.

Uno se encuentra de vez en cuando con personas que sacuden los espíritu aletargados. Yo me encontré con alguien así este fin de semana. Conocí a un hombre que me hizo creer una vez más en la especie humana.

Escuché sobre sus planes de "apoyar a una nueva izquierda", sobre sus sueños y deseos de saber más y más, "con el conocimiento no hay límites Toñito", ví como se portaba amable y cordial con todos sin importar si eran tontos, OGT´s o cotizados.

Recuerdo la primera vez que lo ví en el salón de clases: serio, con esa mirada profunda, creo que me gustó desde aquel momento porque fue como un imán que jaló mi mirada... y meses después, ahí íbamos los dos en un bochito por las calles de la ciudad platicando de nuestras cosas.

Él ni siquiera se imagina lo que provocó en mí: el escuchar su plática fue como respirar de un tanque de oxígeno el aliento para seguir viviendo. Es de veras curioso como él sigue con su vida, con su ir y venir cotidiano mientras yo no puedo dormir nomás pensando en sus palabras, en sus acciones, en su voz que me pregunta "¿en qué piensas Kjrin?".

Otra vez la garganta, el cogote se me cerró y no le pude decir lo que sentí en ese momento.

Hoy lo voloví a ver y disimulé, una vez más el pernicioso juego de las máscaras, disimulé como de costumbre porque aunque él es el hombre con quien siempre he soñado, sé que yo no soy la mujer con quien él sueña

Ahí estaba yo con el corazón estallándome en el pecho mientras permanecía inerme e inexpresiva frente al hombre de mis sueños.

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